Uno de los principales problemas que resolvió la Municipalidad hace 12 años fue la normalización del servicio de agua potable, de dos o tres veces por semana, a 24 horas al día durante los 365 días del año. Desde entonces, salvo problemas causados por fenómenos climáticos, derrumbes o reparaciones de fugas, el agua no ha dejado de llegar a los hogares.
Es importante no olvidar la deuda millonaria, recibida como «herencia» de administraciones pasadas, la cual fue pagada en su totalidad sin que se afectara la ejecución de obras ni el pago a los empleados municipales. A lo largo de los años, las autoridades municipales implementaron la estrategia de «no se gasta si no hay dinero», indicando con esto que la Municipalidad no debía endeudarse por ningún motivo, lo que obligó la implementación de una política de austeridad que fue bien vista por el pueblo esquipulteco.
«Apretarse el cinturón», significó para la Municipalidad la priorización del gasto, lo que dio estabilización a las finanzas municipales, para, más adelante, destinar millones de quetzales en inversión social, en la que también participaron cocodes y vecinos, llevando satisfactores hasta los más apartados rincones del municipio.
De esa cuenta, la inversión en obra pública ha sido cuantiosa, contribuyendo de manera significativa al mejoramiento de la calidad de vida de los esquipultecos.
Se infiere que los últimos 12 años han sido de progreso y desarrollo para el municipio y, como consecuencia de ello, se redujo notablemente la desigualdad social.
La mujer, como ente social, marginada por tantísimos años, también encontró en la Municipalidad apoyo nunca antes visto, pues la creación del Centro de Capacitación para Mujeres Emprendedoras de la Región Trifinio -CECMERT-, sigue dando al género femenino un papel protagónico.
En síntesis, todos los ámbitos de desarrollo han sido ponderados, sin distinguidos de género, posición social o económica, lo que significa que Esquipulas, como pueblo, se encuentra mucho mejor que hace 12 años.
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